Mis Inicios
Ésta presentaba durante años problemas intestinales a intervalos de tiempo irregulares. Con el paso del tiempo, persistió la dolencia en frecuencia y en duración, de manera que el dolor le obligaba a estar acostada en posición fetal sin alivio alguno, los calmantes ya no le ayudaban y no había ninguna causa orgánica identificable. Cuando ocurría, su vida diaria se paralizaba por completo.
En el «todo vale», recibió una prescripción homeopática unicista, que en el espacio de días escasos le cambió el aspecto cadavérico y consumido que tenía por uno más saludable, con brillo en ojos, energía y ausencia de dolor.
“Algo” había cambiado y se había equilibrado, aunque no lo lograba entender….era una casualidad que se diluiría con el tiempo?
Este hecho fue el punto de partida de mi interés por entender el mecanismo de la homeopatía. Más adelante me dijeron que mi abuela, sobre 1940 ya trataba a sus hijos (mi madre y a mis tíos) con homeopatía. En aquel entonces, el prescriptor entregaba los anises envueltos en papel de seda de colores, y se llamaba bombatía…..